Hoy vemos en las noticias de los diarios locales información sobre el estado de una persona que fue atropellada hace unos días cuando circulaba por un Bidegorri de Bilbao para llevar a su hija al colegio.
Un acto que en sí mismo merece un homenaje por no ser en absoluto común en nuestra ciudad, la estampa más habitual en nuestros colegios son coches en doble fila o vehículos en las parcelas de los autobuses para recoger a sus hijos/as. Desgraciadamente una furgoneta interrumpió su camino y esta vez no pudo llegar a su destino, un hecho que lamentamos profundamente y que seguramente llenará líneas de post futuros reclamando un empoderamiento real de la bicicleta en Bizkaia, ya intuíamos desde su creación que este lamentable trazado de bidegorri iba a dar más de un susto. Toda nuestra fuerza para esta mujer, seguro que muy pronto la vemos de nuevo encima de la bicicleta!
La difusión de la bicicleta en la ciudad no necesita heroínas, la ciudad debe proteger mucho más de lo que lo hace a personas que deciden elegir un camino diferente, que deciden educar a sus hijos e hijas en valores de sostenibilidad diferentes a los habituales en nuestro entorno, nadie se debería jugar la vida en ese proceso. Parece ser que circulaba sin casco y precisamente fue su cabeza la parte más afectada. Todavía recuerdo la transición hacia la obligatoriedad del casco en el ciclismo profesional, el revuelo fue notable. Nuestras carreteras están plagadas de ciclistas, el 99,99% asumen el casco como un elemento más de la practica de este deporte, el casco cumple una función esencial, como los frenos, las ruedas, la cadena….
Por eso resulta incomprensible el debate sobre la utilización del casco en la ciudad, como si nuestras actuales ciudades no fueran lugares hostiles para la bicicleta, como si las carreteras fueran de goma o los coches que circulan por ellas de plastilina. Nos preguntamos porque ex-ciclistas profesionales y asociaciones que realizan una gran labor para la difusión de la bicicleta en las ciudades se posicionan en contra de este elemento, es realmente sorprendente.
No es verdad que la obligatoriedad del casco disuada del uso de la bicicleta en la ciudad, es mentira, sendas ciclables como las que antes comentábamos disuaden del uso de la bicicleta, una gran vía llena de vehículos disuaden al ciclista, unas autoridades desplazándose en coche disuaden al ciclista, unas calles ausentes de aparcamientos específicos y seguros para bicicletas disuaden al ciclista, una ciudad fabricada, diseñada y que se reinventa continuamente para que el coche se sienta cómodo espanta a los ciclistas, un debate estéril sobre el uso urbano del casco en la ciudad distraen la atención sobre lo realmente importante y enfrenta a entes que deberíamos poner todo nuestro acento sobre lo realmente importante, nuestras ciudades deben rediseñarse.
En la práctica deportiva del ciclismo, el casco está asumido por el cicloturista como un elemento más, nadie se plantea dejar esta práctica por la obligatoriedad de su uso, sería ridículo. El casco no es un seguro de vida pero es el principal elemento de seguridad pasiva de los que disponemos y además protege una zona muy muy delicada y especialmente expuesta en caso de golpe. Es muy probable que si te ocurre un accidente tu cabeza reciba algún tipo de impacto, por eso recomendamos encarecidamente su utilización al margen de las disposiciones municipales sobre su uso, o es que cuando circulas por la ciudad con tu coche debería permitirse soltarse el cinturón de seguridad?