Últimamente son habituales las noticias sobre boinas tóxicas en lo alto de las grandes ciudades Europeas, pero este es un elemento genuinamente Vasco, como el txiquiteo o la Txalaparta.
Su origen se remonta a los inicios de la revolución industrial, pero desde finales del pasado siglo lleva alcanzado sus niveles de calidad más elevados..
Otras ciudades como Barcelona, Madrid o París han intentado presumir de la calidad de sus “Boinas” que quizá superen en dimensión a la Vasca pero no en calidad. En concreto la Bizkaina las supera con creces en cuanto a la diversidad de los componentes que le confiere una densidad especial, la materia prima procede principalmente de las emisiones producidas por los vehículos particulares a motor, la refinería de Petronor, la Incineradora de Basuras y la última en llegar, la planta de Coke.
Una diversidad que es difícil de observar en territorios de similares dimensiones y que hacen única nuestra Boina, un producto con Label Vasco que cada vez es más visible, difícil de exportar, y que solo compartimos con aquellos que nos visitan
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Todo aquello que no somos capaces de respirar acaba formando un techo mortal sobre nuestras cabezas del que me temo podremos seguir presumiendo durante muchos años.